Altas temperaturas en Mendoza: cómo prevenir los agotamientos y golpes de calor.

Con la llegada del verano vienen las olas de calor en la provincia. En esta nota te contamos los efectos sobre la salud, síntomas de agotamiento y golpe de calor, y cómo prevenirlos.

Una ola de calor se define como un período excesivamente cálido en el cual las temperaturas máximas y mínimas superan, por lo menos durante 3 días consecutivos y en forma simultánea, ciertos valores que dependen de cada localidad.

¿Cómo afecta esto en la salud?

Provoca agotamiento por calor y golpes de calor. Estos son trastornos ocasionados por un aumento de la temperatura corporal como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas y humedad, o el esfuerzo físico intenso en altas temperaturas.

En estas situaciones el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura. El golpe de calor es la forma más grave de lesión por calor y puede ocurrir si la temperatura del cuerpo alcanza los 40 °C o más. Es una patología frecuente en los meses de verano.

Este requiere tratamiento de urgencia, si no se trata puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos. El daño empeora cuanto más se retrasa el tratamiento, lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves o la muerte.

¿Cuáles son sus síntomas?

  • Temperatura corporal elevada 40°C o más medida en axila.
  • Piel roja, caliente y seca al tacto.
  • Se agota la transpiración.
  • Si el golpe de calor es provocado por un ejercicio extenuante se puede sentir la piel seca o  ligeramente húmeda.
  • Respiración y frecuencia cardíaca elevada, pulso rápido y débil debido a que el estrés por el calor impone una tremenda carga al corazón para ayudar a enfriar el cuerpo.
  • Náuseas y vómitos.
  • Cefalea intensa, “cefalea palpitante”.
  • Alteración del estado mental o del comportamiento: irritabilidad, dificultad para hablar, vértigos, confusión, delirio, convulsiones, pérdida de conocimiento y paro cardiorespiratorio.

¿Cuáles son las causas?

El golpe de calor puede ocurrir como resultado de:

  • Exposición a un ambiente caluroso. El tipo de insolación denominado «insolación sin realizar esfuerzo» (clásico) se produce al estar en un ambiente caluroso que provoca un aumento de la temperatura corporal central. A menudo, este tipo de insolación ocurre después de haber estado expuesto a un clima húmedo y caluroso, en especial, durante períodos prolongados. Ocurre con mayor frecuencia en adultos mayores y en personas que padecen enfermedades crónicas.
  • Actividad extenuante. La insolación por esfuerzo ocurre por el aumento en la temperatura corporal central que provoca realizar actividad física intensa en un clima caluroso. Cualquier persona que se ejercite o que haga actividades en un clima caluroso puede sufrir un golpe de calor por esfuerzo, pero es más probable que ocurra si no estás acostumbrado a las temperaturas altas.
  • En cualquiera de los dos tipos de golpe de calor, la afección puede aparecer por los siguientes motivos:
  • Usar demasiada ropa, lo que evita que el sudor se evapore fácilmente y enfríe el cuerpo
  • Beber alcohol, lo que puede afectar la capacidad del organismo de regular la temperatura
  • Deshidratarse al no beber suficiente agua para recuperar los líquidos que se pierden al sudar

En cuanto al agotamiento por calor, este es un estadío previo al golpe de calor, y hay que reconocerlo para prevenir una situación más grave. 

Sus síntomas son:

  • Sudoración excesiva.
  • En los bebés puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal (sudamina).
  • Piel pálida y fresca.
  • Sensación de calor sofocante.
  • Sed intensa y sequedad en la boca.
  • Calambres musculares.
  • Agotamiento, cansancio o debilidad.
  • Dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos.
  • Dolores de cabeza.
  • Irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños).
  • Mareos o desmayo.

¿Quiénes pueden sufrir un golpe de calor?

Cualquier persona, pero hay varios factores que aumentan el riesgo:

  • Edad: La capacidad para afrontar el calor extremo depende de la fortaleza del sistema nervioso central. 

En los niños, el sistema nervioso central no está plenamente desarrollado y, en los adultos mayores de 65 años, comienza a deteriorarse, lo que hace que el organismo sea menos capaz de afrontar los cambios de la temperatura corporal.

Estos dos grupos etarios suelen tener dificultades para mantenerse hidratados, lo que también aumenta el riesgo.

Los niños con enfermedades crónicas como cardíacas, renales, mentales o neurológicas, con fiebre por otra causa o diarrea, los que presentan obesidad o desnutrición, o los que tienen la piel quemada por el sol, también poseen mayor riesgo a sufrir un golpe de calor.

  • Esfuerzo en un clima caluroso: El entrenamiento militar y la práctica de deportes, como jugar al fútbol o correr maratones de larga distancia, en un clima caluroso son algunas de las situaciones en las que se puede sufrir un golpe de calor. 
  • Exposición repentina al clima caluroso: Es posible que seas más propenso a las enfermedades relacionadas con el calor si te exponés a un aumento de temperatura repentino, por ejemplo, una ola de calor al principio del verano o un viaje a una región con temperaturas más altas.
  • Medicamentos: Algunos medicamentos afectan la capacidad del organismo de mantenerse hidratado y responder al calor.

Es importante tener especial cuidado con los medicamentos vasoconstrictores, los utilizados para regular la presión arterial al bloquear la adrenalina (beta bloqueantes), diuréticos que hacen que el cuerpo elimine sodio y agua o disminuyen los síntomas psiquiátricos (antidepresivos o antipsicóticos). Las sustancias psicoactivas como las anfetaminas y la cocaína también pueden hacer que seas más vulnerable a un golpe de calor.

  • Enfermedades: Algunas enfermedades crónicas, como las cardíacas o las pulmonares, podrían aumentar el riesgo de sufrir un golpe de calor. Lo mismo puede decirse de la obesidad, el sedentarismo y los antecedentes de haber padecido un golpe de calor.

¿Cómo prevenir estos cuadros?

Cuidar hidratación, alimentación y la temperatura del cuerpo:

  • Beber abundante agua: mantener hidratado el cuerpo ayuda a sudar y a conservar una temperatura normal. En los lactantes recomendamos dar el pecho con mayor frecuencia, ofrecer a los niños abundante agua segura y jugos naturales durante todo el día. No ofrecerles bebidas con cafeína o con alto contenido en azúcar (como las gaseosas corrientes), ni bebidas muy frías o calientes.
  • Comer liviano: Alimentarse con frutas y verduras.
  • Evitar las bebidas alcohólicas.
  • Usar ropa clara, liviana y preferentemente de algodón: Usar demasiada ropa o ropa que es muy ajustada no permite que el cuerpo se enfríe de forma adecuada.
  • Evitar exponerse al sol y protegerse contra las quemaduras por el sol: las quemaduras por el sol afectan la capacidad del cuerpo para enfriarse. Por esto, hay que protegerse con un sombrero de ala ancha, gafas de sol y utilizar un protector solar de amplio espectro (con un factor de protección solar de al menos 50 cuando se está al aire libre y volver a aplicarlo cada dos horas o con más frecuencia si practicás natación o sudas).
  • Permanecer en ambientes frescos y ventilados.
  • Actividad Física: reducir la actividad física en horarios de mayor calor, tratar de programar los ejercicios o el trabajo físico para los momentos más frescos del día, como temprano por la mañana o en la noche.

En el caso de niños:

  • Bañarlos y mojarles el cuerpo con frecuencia: mantenerlos con poca ropa o desvestirlos, proponer juegos tranquilos, no exponerse al sol directo entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde, y nunca antes de cumplir 1 año de vida.
  • Nunca dejar a nadie en un automóvil estacionado: las altas temperaturas son causa frecuente en los niños de muerte asociada al calor. Cuando estacionas al sol, la temperatura en el automóvil puede elevarse más de 11 °C en 10 minutos. Cuando el automóvil está estacionado, mantenlo cerrado con llave para evitar que ingrese un niño.
  • Mantener a los niños, los mayores y las personas más vulnerables en lugares bien ventilados: usar ventiladores o aire acondicionado (ya sea en casa o lugares públicos) cuando la temperatura ambiente es muy elevada.

Para los jóvenes y adolescentes: 

  • No consumir bebidas con alcohol: estas aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido. No es conveniente tomar cerveza para aliviar la sed y el calor.
  • Evitar los esfuerzos físicos o actividades deportivas exigentes: sentarse y descansar cuando sientan mareos o fatiga.
  • Recordar las recomendaciones generales sobre la hidratación, alimentación y refrescar el cuerpo.

¿Qué hacer ante un niño con agotamiento por calor?

  • Dar a los lactantes el pecho con más frecuencia.
  • Trasladarlo a un lugar fresco y ventilado, si es posible con aire acondicionado.
  • Desvestirlo (exponer el cuerpo al fresco).
  • Ducharlo o mojar todo el cuerpo con agua fresca.
  • Que esté quieto y descanse.
  • Consultar a su pediatra o llamar al servicio de emergencia.

¿Qué hacer ante un niño con golpe de calor, en un cuadro muy grave?

  • Llamar inmediatamente a un servicio de emergencia o llevarlo sin demora hasta el Centro Asistencial más cercano.
  • Llevar al chico inmediatamente a un lugar fresco y ventilado, si es posible con aire acondicionado frío.
  • Quitarle la ropa y enfriarlo rápidamente mojando con agua fría todo el cuerpo.
  • Darle de beber agua, si está consciente.

¿Qué hacer ante un adulto con golpe de calor?

  • Trasladar al paciente a un lugar fresco.
  • Elevar la cabeza.
  • Dar de beber agua fresca si está consciente.
  • Refrescar al paciente mojando la cabeza y la ropa.
  • Solicitar ayuda: activar el servicio de emergencia o trasladarlo de inmediato al centro asistencial.

IMPORTANTE: ¿Qué no hacer en estas situaciones?

  • No medicar con medicamentos antifebriles.
  • No friccionar la piel con alcohol porque causa intoxicación.